Aunque quizá ya no es tanto el fulgor que causa Mallorca en nuestra mente como destino vacacional como así era en los años 80 después de que celebridades como Ava Gardner, John Lennon o Errol Flynn encontraran en esta isla su refugio perfecto de vida alegre. (Durante muchos años fue el destino vacacional por excelencia de los españoles, aunque en los últimos años haya ido cediendo popularidad a sus hermanas menores, Ibiza, Menorca y Formentera). Tengo que decir que, tras una semana en esta isla, y después de hacer muchos kilómetros con mi coche de alquiler, a mi me sigue pareciendo la gran joya de las Baleares. Me parece realmente completa e incluso me atrevo a decir que en concreto la ciudad de Palma de Mallorca a priori me pareció un buen lugar para vivir.
Así que, tras esta aseveración tan rotunda por mi parte, no me queda más que explicaros los razones por las cuales tras mis siete días en la isla llegué a tal conclusión.
Dónde Alojarse.
Mi viaje a Mallorca trascurrió durante los últimos coletazos de unas vacaciones veraniegas en el mes de septiembre. Me acompañaba mi hermana (es habitual que nos hagamos un viaje al año juntas). Para las dos era nuestra primera vez en la isla, y tengo que decir, que el día que regrese me planteare mi estancia allí de una forma completamente distinta a como lo hicimos en aquellos días. Lo cierto es que nosotras íbamos sobre todo con la idea de hacer turismo de sol y playa, y descartando de mano la zona de Magaluf, nos decantamos por la zona más hacia el norte, El puerto de Alcudia. Pero no recomendaría esta zona salvo para gente que viaje en familia y busque tranquilidad. Nosotras afortunadamente teníamos coche y podíamos movernos, pero la oferta de ocio y restauración en esa zona quedaba muy limitada y como digo está mas enfocado al turismo extranjero y familiar.
Cuando regrese a Mallorca elegiré sin duda alojarme en Palma. ¿Motivo? Si vuelvo querré seguir conociendo sus diferentes y bellas calas, y algunos pueblos que no nos dieron tiempo a visitar como el de Sóller, luego igualmente necesitaré alquilar un coche, pero por las noches el abanico de opciones que ofrece la capital es más del triple que en cualquier otra ubicación.
Playas.
Esta isla cuenta con innumerables y hermosas playas y calitas en lugares recónditos de un color verde cristalino que en nada tiene que envidiar a las del caribe. Voy a hacer referencia a alguna de las que yo visite y que considero que por su enorme belleza son imperdibles. Recalco que el listado esta incompleto, si tienes la suerte de ir bastante tiempo, hay muchas más.
Playa es trenc:
Uno de los parajes naturales más bonitos de Mallorca. Está perfectamente equipada aunque se trate de una playa virgen de 2.640 metros de longitud. Si vas como nosotras durante los meses de verano ¡ármate de paciencia! La cola que se forma hasta llegar a poder aparcar es considerable. ¡Pero merece la pena!.
Playa de Muro:
Esta nos quedaba muy cerca de nuestro alojamiento en el Puerto de Alcudia. De hecho, esta comunicada con la Playa de Alcudia, caminando se llega de una a otra. Es la más larga en extensión de toda la isla. Además, es una de las más limpias y de responsabilidad ecológica y cuenta con bandera azul. De esta zona destacaría el chiringuito Can Gavella, para degustar una rica paella con muy buen ambiente y vistas.
Cala D`Or:
Es una zona costera del sureste de Mallorca que ofrece alguna de sus mejores calas. Son cinco; Cala D’ Or, Cala Esmeralda, Cala Ferrera , Cala Serena y Cala Gran.
Cala Ratjada :
Se encuentra en la zona nordeste de la isla. Cuenta con el segundo puerto pesquero más importante. Dentro de las distintas playas que existen en esta área nosotras estuvimos en Playa de Son Moll.
Cala Tuent :
En la sierra de Tramuntana. Esta playa rodeada de vegetación presume de un color verde esmeralda super intenso. El acceso a la playa es sencillo y tiene a un km un sitio dónde poder comer, el restaurante Es Vergeret.
Actividades.
Como os decía nuestra idea inicial cuando fuimos a Mallorca en el verano de 2017, era tomarnos unas vacaciones de completo relax. ¡¡Pero al final sucedió lo inevitable y es que no paramos!! Aunque me gusta muchísimo tomar el sol, no soy de las que van a un sitio y no se mueven. Me gusta andarlo y conocerlo todo, y así fue como exprimimos nuestros días allí. Además de conocer las playas que os enumere en el punto anterior hicimos esta serie de de cosas:
Conducir por las carreteras de la sierra de tramuntana:
Sin duda de las mejores experiencias del viaje. Ir conduciendo por estas carreteras repletas de acantilados con sus imponentes vistas hasta llegar al cabo Formentor dónde paramos en su mirador a tomar fotos y maravillarnos del paisaje.
Pasar un día en palma de mallorca:
Cómo decía al inicio de este relato la ciudad de Palma de Mallorca me pareció bastante agradable. Uno de los días nos lo pasamos allí visitando la catedral y sus alrededores, los comercios de la zona centro, comprando algunos recuerdos y probando las deliciosas ensaimadas.

Probar el mejor desayuno del mundo en el hotel Maricel:
Otra experiencia que quedará para el recuerdo de manera imborrable. Sí, soy apasionada de los desayunos, pero … esto es otro rollo. Imaginaros desayunar en un hotelazo, en su terraza con vistas a la bahía (cerca del palacio de Marivent dónde cada año veranean los reyes de España) en un ambiente de auténtico lujo y disfrutar con la degustación de ocho platos con las atentas explicaciones de un majísimo camarero. Pues eso, idílico. No es barato, pero si os gustan los desayunos, brunch, o los menús degustación, creo que es muy recomendable.

Visitar el puerto de Andrach:
Esto no estaba en nuestros planes iniciales, pero me lo recomendaron y sin duda otro gran acierto. Este puerto pesquero además de ser bonito, esta regado de comercios y pequeñas tiendas de joyería. Alguna galería de arte y también varios restaurantes y cafeterías. ¡Hago extensible la recomendación que a mí me hicieron, sin duda tienes que ir! Además si os pilla la hora de la comida o de la cena, nosotras fuimos al restaurante Mitj &Mitj y nos gustó mucho.
Visitar las cuevas del Drach:
Quizá lo más turístico de toda nuestra semana. Situadas en Porto Cristo, cerca del municipio de Manacor, de donde es originario nuestro deportista más laureado Rafael Nadal, están estas cuevas. Me pareció un tanto peculiar esta visita, no sólo recorres las cuevas, sino que una parte del tiempo se permanece sentado escuchando un “concierto de música clásica”. Creo que lo recomendaría para ir con niños o bien si eres un amante de la geología.Aquí teneís más información.
Como no daba tiempo a todo nos quedó de nuestro planning pendiente de hacer la visita a los Pueblos de Sóller y Valldemosa. Así que ya tenemos dos razones de peso para volver 😊
¿Que os ha parecido este recorrido de punta a punta por Mallorca? ¿Me recomendáis algún sitio más que yo no haya citado para mi próxima visita? ¡Os Leo en vuestros comentarios!