¿Estábamos valorando realmente aquello que ahora tanto anhelamos?
Creo que en el mundo existen al menos dos tipos de personas; están las que pasan de puntillas por las cosas, ya sean relaciones humanas, lugares, empleos (por la vida en términos generales) Y por contra, las que se empapan bien de todo y profundizan en todos los aspectos, por mundanos que estos sean.
Y bien diréis, ¿Qué nos quieres decir con esto? ¿Y cómo dices que la pandemia nos ha traído cosas buenas cuando estamos todos hasta los mismísimos y deseando que llegue ya de verdad nuestra apreciada antigua normalidad?
Me explico. Creo y por supuesto es una opinión muy subjetiva, pero que en mi caso particular es así y supongo que no seré la única… que antes de que esta maldita pandemia nos azotara y nos cambiara nuestra forma de vida de la noche a la mañana, muchos entre los que yo me incluyo, estábamos pasando por la vida a las carreras, con ansias y sin saborearla al cien por cien. Acumulando como quién dice sellos en el pasaporte, vacaciones, cena tras cena… Dándolo todo un poco por supuesto.
¡Qué sí! Que ahora mismo el hecho en sí de hacer una maleta y escaparnos a cualquier punto del globo terráqueo suena a música celestial, y el poder salir de cena con una pandilla de amigos sin restricciones horarias y sin pensar si sois 4, 10 o 25 el paraíso, pero… ¿no habíamos perdido acaso un poco el norte? ¿Realmente estábamos disfrutando de todo eso que ahora tanto anhelamos?
Quizá es que soy una optimista por naturaleza, y estoy empeñada en ver el vaso siempre medio lleno, a más que se empeñen en romperme la vajilla. Pero… decidme, ¿ cuántos de vosotros habéis descubierto en este tiempo una nueva actividad que desconocías que os gustaba y ahora resulta que os apasiona? o ¿ cuántos habéis aprovechado el parón obligado para matricularos en algún tipo de formación que es la que realmente siempre os había apetecido estudiar? Las dificultades siempre sacan lo mejor de nosotros, y no es una frase hecha, es así.
Una persona cercana me dijo una vez en una difícil situación : Carmen, ahora no lo ves, pero seguro que de esto también sacas un lado bueno y descubres cosas que ni imaginabas
Y eso fue lo que me sucedió el verano que se suponía tendría que haber sido de los más duros de mi vida (y no lo fue para nada) y también se ha hecho extensible en esta situación anómala de tremenda crisis sanitaria mundial que llegó hace ya un año sin que nadie pudiera ni imaginarlo y que no sabemos bien a ciencia cierta cuando nos abandonará.
Así pues, os invito a que pongáis en práctica un breve acto de reflexión. Tomad lápiz y papel y escribir ¿Cuántas actividades mundanas y cotidianas habéis comenzado a disfrutar más de lo que antes lo hacíais? ¿Qué licencias os habéis permitido? Como por ejemplo cursar unos nuevos estudios, o pasar más tiempo con vuestros hijos que de otro modo hubiera sido imposible. Enumera aquellos actos cotidianos que antes pasabas por alto y ahora realmente saboreas…
Desde luego esta visión no quiere quitar peso ni gravedad a la situación por la que estamos atravesando, ni desde luego puede suplir ninguno de los cientos de pérdidas humanas, que desgraciadamente hemos estado lamentando a diario en todo este periodo. Pero si quiere poner el foco en las cosas positivas. Que como en cualquier situación está también las tiene.
Hagamos una labor de introspección y veremos que en estos meses hemos aprendido valiosas lecciones que seguro nos acompañaran cuando todo esto finalice. Además de valorar el enorme apoyo que nos han brindado los comercios locales y de proximidad, la resistencia de nuestros equipos sanitarios, pero sobre todo mirad dentro y pensad que es lo que habéis sacado cada uno de vosotros de esta experiencia. Yo os aseguro que mucho…
Y hasta aquí mi reflexión de hoy, cuídense mucho, y aprovechen este tiempo que nos han otorgado para conocerse mejor.
Abrazos virtuales.
La vida es cuestión de actitud.